Relato corto de Clarice Lispector, donde algunos mensajes nos resultan chocantes en el momento actual. Lispector escribió este relato en 1974 y en ese tiempo sería más comprensible. Pero después de un matrimonio fallido, extraña que la autora describa a una protagonista donde su única salida fuese encontrar un hombre para casarse, que la mantenga y así sentirse plena en la vida. Ausencia de romance en la relación.
Los cambios que la protagonista siente que se producen en su cuerpo y el despertar de sus deseos carnales, hacen que el sacerdote que la confiesa, comprenda que sea mejor su salida del convento y se case con un hombre, antes que seguir dentro y terminar pecando posiblemente con el. ¡Mejor casarse que arder!