Un descubrimiento sorprendente
del escritor Víctor del Árbol. Nos
sumerge en una trama terrible, narrada con gran maestría.
Isaías es un niño feliz
en su aldea junto a su familia. De todos aprende lo que serían unos sólidos cimientos
para la vida.
De su padre aprendió
la honestidad y la fortaleza; de su madre el cariño y la educación; de su
abuela, sabios consejos y amor por las cosas que la vida nos ofrece y sobre
todo a cuidar de ellas.
Su hermano Joel,
más pequeño que él, soñaba con ser futbolista y alcanzar la gloria. Todos esos
sueños se truncan cuando el Ejército de Resistencia del Señor, comandado por Joseph
Kony, arrasaban toda aldea que encontraban a su paso. Secuestraron a más de 40.000 niños, entre
ellos a Isaías y a su hermano Joel. Les robaron como a tantos niños, su vida,
sus sueños y toda esperanza que no fuese a base de dolor y crueldad por
conservar su vida. Los convirtieron en niños soldados. Matar era lícito si querían sobrevivir.
Isaías nunca
logró sobreponerse a tanto horror a lo largo de su vida, y lo peor de todo, a
perdonarse.